Jueves, Epifanía 6

Oración Matutina Diaria


Desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi Nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi Nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi Nombre entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos. Malaquías 1:11

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

El Señor ha manifestado su gloria: vengan y adorémosle.

Venite  Salmo 95:1-7
Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
Lleguemos ante su presencia con alabanza, *
vitoreándole con cánticos;
Porque el Señor es Dios grande, *
y Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra, *
y las alturas de los montes son suyas.
Suyo el mar, pues él lo hizo, *
y sus manos formaron la tierra seca.
Vengan, adoremos y postrémonos; *
arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
Porque él es nuestro Dios;
nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
¡Ojalá escuchen hoy su voz!

Salmo 105:1-22
Den gracias al Señor, invoquen su Nombre; *
den a conocer sus hazañas entre los pueblos.
Cántenle, cántenle alabanzas; *
hablen de todas sus obras maravillosas.
Gloríense en su santo Nombre; *
alégrese el corazón de los que buscan al Señor.
Busquen al Señor y su poder; *
busquen continuamente su rostro.
Acuérdense de las maravillas que él ha hecho, *
de los prodigios y de los juicios de su boca,
Oh vástago de Abrahán, su siervo, *
oh hijos de Jacob, su escogido.
El es el Señor nuestro Dios; *
por todo el mundo prevalecen sus juicios.
Se acuerda eternamente de su pacto, *
la promesa que hizo para mil generaciones:
El pacto que hizo con Abrahán, *
el juramento que juró a Isaac,
El cual estableció como ley para Jacob, *
para Israel como pacto sempiterno,
Diciendo: "A ti te daré la tierra de Canaán, *
como porción de tu heredad".
Cuando ellos eran pocos en número, *
sin importancia, y forasteros en la tierra,
Errantes de nación en nación, *
de un reino a otro,
No permitió que nadie los oprimiese, *
y por amor a ellos castigó reyes,
Diciendo: "No toquen a mi ungido, *
no hagan daño a mis profetas".
Entonces trajo hambre sobre la tierra, *
cortando el sustento de pan.
Envió un varón delante de ellos, *
a José, que fue vendido como esclavo.
Le trabaron los pies con grillos; *
le pusieron argolla en el cuello.
Hasta la hora en que se cumplió su predicción, *
la palabra del Señor le probó.
Mandó el rey, y le soltó; *
el soberano de los pueblos lo libertó.
Lo puso por dueño de su casa, *
por administrador de todas sus posesiones,
Para que instruyera a sus príncipes según su voluntad, *
y a sus ancianos enseñara sabiduría.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Isaías 65:1-12
  El Señor dice: 
    "Los que no me habían pedido nada 
    fueron los que acudieron a mí; 
    los que no me habían buscado 
    fueron los que me encontraron. 
    A un pueblo que no me había invocado 
    fue al que le dije: 'Aquí estoy.' 
  Todo el día extendí mis manos 
    para atraer a un pueblo rebelde 
    que iba por caminos perversos 
    siguiendo sus propios caprichos; 
  un pueblo que en mi propia cara 
    me ofendía continuamente; 
    que ofrecía sacrificios a los dioses en los jardines 
    y quemaba incienso en altares de ladrillo; 
  que se sentaba entre los sepulcros 
    y pasaba las noches en sitios escondidos; 
    que comía carne de cerdo 
    y llenaba sus ollas de caldos impuros. 
  Dicen: 'Quédate ahí, no me toques; 
    soy demasiado sagrado para que me toques.' 
    Esa gente es como fuego que arde todo el día; 
    me molestan como el humo en las narices. 
  Pero todo esto está escrito delante de mí, 
    y no voy a quedarme cruzado de brazos; 
    voy a darles su merecido, 
  tanto por los crímenes de ellos 
    como por los de sus padres. 
    Ellos quemaban incienso sobre los montes 
    y me ofendían en las colinas. 
    Haré primero la cuenta 
    y les daré su merecido." 
    El Señor lo ha dicho.
  El Señor dice: 
    "Cuando las uvas tienen mucho jugo 
    la gente no las echa a perder, 
    porque pueden sacar mucho vino. 
    Así haré yo también por amor a mis siervos: 
    no destruiré a toda la nación. 
  Haré que Jacob tenga descendientes 
    y que haya gente en Judá que viva en mis montañas. 
    Mis elegidos poseerán la tierra, 
    mis servidores vivirán allí. 
  El valle de Sarón se llenará de rebaños 
    y en el valle de Acor pastará el ganado 
    que tendrá el pueblo que me busca. 
  Pero a ustedes que se apartan del Señor 
    y se olvidan de mi monte santo, 
    que ofrecen comida y vino 
    a Gad y Mení, dioses de la fortuna, 
  mala fortuna les espera: 
    los haré morir a filo de espada. 
    Porque yo los llamé y ustedes no respondieron; 
    les hablé y no me escucharon; 
    hicieron lo que yo no apruebo, 
    escogieron lo que a mí me disgusta."

Cántico de Moisés Cantemus Domino
Exodo 15:1-6, 11-13, 17-18

Cantaré al Señor, porque es excelso y sublime; *
caballos y jinetes ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi refugio es el Señor; *
él se hizo mi Salvador.
El es mi Dios; yo lo alabaré; *
el Dios de mis padres; yo lo ensalzaré.
El Señor es valiente en la batalla: *
su Nombre es YAHVÉ.
Los carros de Faraón y su ejército precipitó en el mar; *
lo mejor de los escuderos se lo tragó el Mar Rojo.
Los cubrió el abismo; *
hasta el fondo cayeron como piedra.
Tu diestra, Señor, es gloriosa en su fuerza; *
tu diestra, Señor, aplasta al enemigo.
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?
¿Quién como tú, glorioso en santidad, *
venerado por sus hazañas loables, hacedor de maravillas?
Tendiste tu diestra; *
se los tragó la tierra.
Guiaste con tu misericordia al pueblo rescatado: *
lo llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
Lo introduces y lo plantas *
en el monte de tu heredad,
El lugar de descanso que te has preparado, *
el santuario, Señor, que tus manos fundaron.
El Señor reinará *
ahora y por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

1 Timoteo 4:1-13
Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios. Harán caso a gente hipócrita y mentirosa, cuya conciencia está marcada con el hierro de sus malas acciones. Esta gente prohíbe casarse y comer ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman, dándole gracias. Pues todo lo que Dios ha creado es bueno; y nada debe ser rechazado si lo aceptamos dando gracias a Dios, porque la palabra de Dios y la oración lo hacen puro. Enseña estas cosas a los hermanos, y serás un buen servidor de Cristo Jesús, un servidor alimentado con las palabras de la fe y de la buena enseñanza que has seguido. Pero no hagas caso de cuentos mundanos y tontos. Ejercítate en la piedad; pues aunque el ejercicio físico sirve para algo, la piedad es útil para todo, porque tiene promesas de vida para el presente y para el futuro. Esto es muy cierto, y todos deben creerlo. Por eso mismo trabajamos y luchamos, porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen. Estas cosas tienes que mandar y enseñar. Evita que te desprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y de portarte, y en amor, fe y pureza de vida. Mientras llego, dedícate a leer en público las Escrituras, a animar a los hermanos y a instruirlos.

Gloria a Dios Gloria in excelsis

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendicimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre:
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Oh Dios, fortaleza de los que ponen su confianza en ti: Acepta con misericordia nuestras súplicas, y puesto que, por nuestra flaqueza, no podemos hacer nada bueno sin ti, danos el auxilio de tu gracia; para que, al guardar tus mandamientos, te agrademos, tanto de voluntad como de hecho; por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14


Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 119 Lucerna pedibus meis

Lámpara es a mis pies tu palabra, *
y lumbrera en mi camino.
He jurado y estoy resuelto *
a guardar tus rectos juicios.
Afligido estoy en gran manera; *
vivifícame, oh Señor, conforme a tu palabra.
Acepta, oh Señor, la ofrenda voluntaria de mis labios, *
y enséñame tus juicios.
Mi vida está siempre en peligro; *
por tanto no olvido tu ley.
Me tendieron lazo los malvados, *
pero yo no me desvié de tus mandamientos.
Son tus decretos mi herencia eterna, *
en verdad, el gozo de mi corazón.
Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, *
eternamente y hasta el fin.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5
Demos gracias a Dios.

Demos gracias a Dios.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Salvador todopoderoso, que al mediodía llamaste a tu siervo San Pablo para ser un apóstol a los gentiles: Te rogamos que ilumines al mundo con el resplandor de tu gloria, para que todas las naciones vengan y te adoren; tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.