Lunes, Pentecostes, propio 2
OraciĆ³n Matutina Diaria
No entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios. Hebreos 9:24Invitatorio y Salterio
Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!
La tierra es del Señor, pues él la hizo: vengan y adorémosle.
1 Beatus vir qui non abiit
1 Dichoso quien no siguió el consejo de malvados, *
ni se detuvo en la senda de los pecadores,
ni se sentó de juerga con los burladores,
2 sino que se deleita en la ley de Dios *
y en ella medita día y noche.
3 Es como un árbol plantado junto al río:
da fruto a su tiempo, sus hojas no se secan *
y todo lo que hace, prosperará.
4 No ocurre así con el malvado, *
que es como paja que se lleva el viento.
5 No podrá erguirse el malo cuando llegue el juicio *
ni sentarse el pecador entre los justos.
6 Porque Dios conoce la senda de los justos, *
pero el camino del malvado es perdición.
2 Quare fremuerunt gentes?
1. ¿Por qué se agitan las naciones *
y los pueblos murmuran vanidades?
2. Los reyes del mundo se rebelan
y los príncipes conspiran juntos *
en contra del Señor y de su Ungido.
3. Dicen: «¡Rompamos ya sus ataduras, *
librémonos de sus cadenas!».
4. Pero el Rey se ríe desde el cielo *
y los hace objeto de su burla.
5. Entonces les habla en su enojo *
y su furia los llena de terror:
6 «Yo mismo establecí a mi rey *
en Sion, sobre mi monte santo».
7 Proclamaré el decreto del Señor, *
que declaró: «Tú eres mi hijo;
hoy te he engendrado;
8 pídeme, y te daré por herencia las naciones, *
por posesión, los extremos de la tierra;
9 con vara de hierro los destrozarás, *
los quebrarás como vasija de alfarero».
10 Ahora, gobernantes, sean prudentes; *
corríjanse, reyes de la tierra.
11 Con temor arrodíllense ante Dios, *
con temblor ríndale homenaje,
12 no sea que se enoje él y ustedes mueran, *
porque su ira se enciende fácilmente.
13 Bienaventurados son *
quienes en él buscan refugio.
3 Domine, quid multiplicati
1 ¡Ay Dios, cuántos son mis enemigos! *
¡Cuántos se levantan contra mí!
2 ¡Cuántos hay que de mí dicen: *
«En su Dios, no hay socorro para ella!»
3 Pero tú, mi Dios, me rodeas como escudo; *
eres mi gloria; tú levantas mi cabeza.
4 Clamo al Señor a toda voz *
y desde su monte santo me responde;
5 me acuesto, y me duermo sin demora; *
me despierto, y Dios me ha sostenido.
6 No temo los millares de personas *
que me asedian de todos los costados.
7 Levántate y líbrame, Dios mío; *
tú abofetearás a mi enemigo;
al malvado tú le romperás los dientes.
8 De ti, Señor, viene la salvación. *
¡Haz descender tu bendición sobre tu pueblo!
Las Lecciones
Proverbios 3:11-20
Hijo mío, no desprecies las advertencias de Yavé, no te rebeles contra su reprimenda; porque el Señor corrige al que ama, así como un padre reprende al hijo que quiere.
¡Feliz el mortal que encontró la sabiduría, el hombre que obtuvo la inteligencia! El estar provisto de sabiduría vale más que tener dinero en el banco; te da más utilidades que el oro. Es más preciosa que las perlas, nada de lo que te atrae se le puede igualar. Con su mano derecha te ofrece larga vida, y con la otra, riqueza y gloria. Te llevará por caminos agradables, todas sus sendas son seguras. Es un árbol de vida para el que se acerca a ella; ¡felices los que encontraron la sabiduría! Yavé ordenó la tierra mediante la sabiduría; con inteligencia estableció el firmamento. Su ciencia dispuso que de las profundidades brotaran las aguas y que las nubes derramaran la lluvia.
Primer Cántico de Isaías Ecce, Deus
Isaías 12:2-6
He aquí es Dios quien me salva; *
confiaré en él y no temeré.
Mi fortaleza y mi refugio es el Señor; *
él se hizo mi Salvador.
Sacarán ustedes aguas con júbilo *
de las fuentes de salvación.
Aquel día dirán: *
Den gracias al Señor e invoquen su Nombre.
Cuenten a los pueblos sus hazañas; *
pregonen que su Nombre es excelso.
Canten alabanzas al Señor, porque ha hecho cosas sublimes, *
y esto es conocido por toda la tierra.
Vitoreen, habitantes de Sión, con gritos de júbilo, *
porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
1 Juan 3:18 - 4:6
Hijitos, no amemos con puras palabras y de labios para afuera, sino de verdad y con hechos. En esto conoceremos que somos de la verdad y se tranquilizará nuestra conciencia ante El. Pues si nuestra conciencia nos reprocha, pensemos que Dios es más grande que nuestra conciencia, y que lo conoce todo. Amadísimos, si nuestra conciencia no nos condena, tenemos plena confianza en Dios. Entonces, todo lo que pidamos nos lo concederá, porque guardamos sus mandatos y hacemos lo que le agrada. ¿Y cuál es su mandato? Que creamos en el Nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros, tal como él nos lo ordenó. El que guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. Pues Dios permanece en nosotros, y lo sabemos por el Espíritu que nos ha dado. Queridos míos, no se fíen de cualquier inspiración. Examinen los espíritus para ver si vienen de Dios, porque andan por el mundo muchos falsos profetas. ¿Quieren reconocer al espíritu de Dios? Todo espíritu que reconoce a Jesús como el Mesías que ha venido en la carne, habla de parte de Dios. En cambio, si un inspirado no reconoce a Jesús, ese espíritu no es de Dios; es el mismo espíritu del Anticristo. Han oído que vendría un anticristo; pues bien, ya está en el mundo. Ustedes, hijitos, son de Dios, y ya han logrado la victoria sobre esa gente, pues el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. Ellos son del mundo, por eso su lenguaje es el del mundo, y el mundo los escucha. 6 Nosotros, en cambio, somos de Dios; el que conoce a Dios nos escucha, pero el que no conoce a Dios no nos hace caso. Así es como reconocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.
Cántico de los Redimidos Magna et mirabilia
Apocalipsis 15:3-4
Grandes y asombrosas son tus obras, *
Señor Dios, Rey del universo;
Justos y fidedignos tus caminos, *
oh Rey de los siglos.
¿Quién no te acatará y bendecirá tu Nombre? *
Tú sólo eres el Santo.
Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, *
Pues tus hechos justos se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.
Plegarias
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.
Oh Señor, tú nos has enseñado que todo lo que hacemos sin amor es de ningún valor: Envía tu Espíritu Santo, y derrama en nuestros corazones tu excelentísimo don, que es el amor, el vínculo verdadero de la paz y de todas las virtudes, sin el cual todos aquéllos que viven son considerados como muertos ante ti. Concédenos esto, por amor de tu único Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oh Dios, que has hecho de una sola sangre a todos los pueblos de la tierra, y enviaste a tu bendito Hijo a predicar la paz, tanto a los que están lejos como a los que están cerca: Concede que la gente en todo lugar te busque y te encuentre; trae a las naciones a tu redil; derrama tu Espíritu sobre toda carne; y apresura la venida de tu reino; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Puede seguir intercesiones y acciones de gracias
Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21
Oficio para el Mediodía