No entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios. Hebreos 9:24
Invitatorio y Salterio
Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!
La tierra es del Señor, pues él la hizo: vengan y adorémosle.
Venite Salmo 95:1-7
Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
Lleguemos ante su presencia con alabanza, *
vitoreándole con cánticos;
Porque el Señor es Dios grande, *
y Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra, *
y las alturas de los montes son suyas.
Suyo el mar, pues él lo hizo, *
y sus manos formaron la tierra seca.
Vengan, adoremos y postrémonos; *
arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
Porque él es nuestro Dios;
nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
¡Ojalá escuchen hoy su voz!
Salmo 30
Te ensalzaré, oh Señor, porque me has alzado, *
y no permitiste que mis enemigos triunfaran sobre mí.
Oh Señor Dios mío, a ti clamé, *
y tú me sanaste.
Oh Señor, me sacaste del abismo; *
me hiciste revivir, para que no descendiese a la sepultura.
Canten al Señor, ustedes sus fieles, *
y celebren su santo Nombre;
Porque sólo un momento dura su ira, *
pero su favor toda la vida.
Aunque al anochecer nos visite el llanto, *
en la mañana vendrá la alegría.
Dije yo en mi comodidad,
"No seré jamás conmovido; *
tú, oh Señor, con tu favor
me afirmaste como monte fuerte".
Luego escondiste tu rostro, *
y fui muy turbado.
A ti, oh Señor, clamé, *
y a mi Soberano supliqué, diciendo:
"¿Qué provecho hay en mi muerte,
cuando yo descienda a la fosa? *
¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu fidelidad?
Escucha, oh Señor, y ten misericordia de mí;
oh Señor sé tú mi ayudador."
Has cambiado mi lamento en danzas; *
me has quitado el luto, y me has vestido de fiesta.
Por tanto a ti canta mi corazón, y no llora más; *
oh Señor Dios mío, te daré gracias para siempre.
Salmo 32
Bienaventurados aquéllos cuyas transgresiones son perdonadas, *
y quitados sus pecados.
Bienaventurados a quienes no atribuye culpa el Señor, *
y en cuyo espíritu no hay engaño.
Mientras callé, se envejecieron mis huesos *
porque gemí todo el día;
Porque de día y de noche pesó sobre mí tu mano; *
se volvió mi verdor en sequedad de verano.
Mi pecado entonces te declaré, *
y no encubrí mi culpa.
Dije: "Confesaré a ti mis transgresiones"; *
y luego tú perdonaste la culpa de mi pecado
Por ello orarán los fieles en tiempo de necesidad *
ciertamente en la inundación de muchas aguas
no llegará ésta a ellos.
Tú eres mi escondite; me guardarás de angustias; *
con gritos de liberación me rodearás.
"Te instruiré, y te enseñaré el camino en que debes andar;*
sobre ti fijaré mis ojos.
No seas como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento; *
que ha de ser sujetado con cabestro y con freno,
porque si no, no se acerca a ti".
Muchos dolores habrá para los malvados, *
mas a los que esperan en el Señor,
los abraza la misericordia.
Alégrense en el Señor, y gócense, justos; *
vitoreen con júbilo, todos los rectos de corazón.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Las Lecciones
Eclesiástico 15:9-20
De nada vale la alabanza en boca del pecador, pues ella no viene del Señor. Debe venir de un sabio, porque entonces es el Señor quien lo inspira. No digas: «¡Dios me hizo pecar!» porque él no hace lo que odia. No digas: «¡Me hizo cometer un error!» porque no necesita a un pecador. El Señor detesta el mal, y de igual modo lo detestan los que temen al Señor. Cuando al principio creó al hombre, lo dejó en manos de su propia conciencia: Si tú quieres, puedes observar los mandamientos; está en tus manos el ser fiel. Ante ti puso el fuego y el agua: extiende la mano a lo que prefieras. Delante de los hombres están la vida y la muerte, a cada uno se le dará lo que ha elegido. ¡Qué grande es la sabiduría del Señor, qué fuerte y poderoso es él! El todo lo ve. Su mirada se posa en los que le temen; conoce todas las acciones de los hombres. A nadie le ha pedido que sea impío, a nadie le ha dado permiso para que peque.
Cántico de la Creación Benedicite, omnia opera Domini
Daniel (dc) 3:57-87
Invocación
Bendigan al Señor, obras todas del Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
En la bóveda celeste, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
I El Orden Cósmico
Bendigan al Señor, ángeles y potestades del Señor, *
cielos y aguas que están sobre los cielos.
Sol y luna, y estrellas del cielo, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Bendigan al Señor, lluvias todas y rocío, *
vientos todos, fuego y calor.
Inviernos y veranos, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Bendigan al Señor, fríos y heladas, *
gotas de rocío y copos de nieve.
Escarchas y fríos, hielos y celliscas, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Bendigan al Señor, noches y días, *
luz radiante y oscuridad acogedora.
Rayos y nubes, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
II La Tierra y sus Criaturas
Bendiga la tierra al Señor, *
alábele y exáltele sobre todo para siempre.
Montes y colinas y cuanto germina en la tierra,
bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Bendigan al Señor, manantiales y fuentes, mares y ríos, *
cetáceos y cuanto se mueve en las aguas.
Aves del cielo, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Bendigan al Señor, bestias silvestres, *
y todos los rebaños y ganados.
Hombres y mujeres de todos los lugares, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
III El Pueblo de Dios
Bendiga al Señor el pueblo de Dios, *
alábele y exáltele sobre todo para siempre.
Sacerdotes y siervos del Señor, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Bendigan al Señor, espíritus y almas de los justos, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Doxología
Bendigamos al Señor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, *
alabémosle y exaltémosle sobre todo para siempre.
En la bóveda celeste, bendito sea el Señor, *
alabado y exaltado sobre todo para siempre.
Apocalipsis 10:1-11
Vi después a otro ángel formidable que bajaba del cielo envuelto en una nube; el arco iris rodeaba su cabeza, su cara era como el sol y sus piernas como columnas de fuego. En la mano tenía un librito abierto. Colocó el pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra y gritó su anuncio con voz tremenda, parecida al rugido del león; al momento los siete truenos entregaron su propio mensaje. Yo me preparaba a escribir lo que habían dicho los siete truenos, cuando una voz desde el cielo me dijo: «Guarda en secreto las palabras de los siete truenos, no escribas nada.» Entonces el ángel que había visto de pie sobre el mar y la tierra levantó su mano derecha al cielo y juró por el que vive por los siglos de los siglos, el que creó el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos: «Ya no habrá más demora; apenas se oiga el sonido de la trompeta del séptimo ángel, se habrá cumplido el plan misterioso de Dios, tal como lo había hecho anunciar por medio de sus siervos los profetas.» La voz que me había hablado desde el cielo se dirigió de nuevo a mí y me dijo: «Acércate al ángel que está de pie sobre el mar y la tierra, y toma el librito que tiene abierto en la mano.» Me acerqué al ángel y le dije que me diera el librito. Me respondió: «Toma, cómetelo; en tu boca será dulce como la miel, pero te producirá acidez en el estómago.» Tomé el librito de la mano del ángel y me lo comí; en la boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo se me volvió amargo en el estómago. Entonces me dijeron: «Tienes que profetizar de nuevo amenazando a muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos.»
Cántico de los Redimidos Magna et mirabilia
Apocalipsis 15:3-4
Grandes y asombrosas son tus obras, *
Señor Dios, Rey del universo;
Justos y fidedignos tus caminos, *
oh Rey de los siglos.
¿Quién no te acatará y bendecirá tu Nombre? *
Tú sólo eres el Santo.
Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, *
Pues tus hechos justos se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.
Plegarias
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo has revelado tu gloria a todas las naciones: Mantén las obras de tu misericordia; a fin de que tu Iglesia, esparcida por todo el mundo, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Dios todopoderoso, que después de la creación del mundo descansaste de todos tus trabajos, y santificaste un día de reposo para todas tus criaturas: Concede que nosotros, apartando toda ansiedad terrenal, nos dispongamos debidamente para el servicio de tu santuario, y que nuestro descanso aquí en la tierra sea una preparación para el reposo eterno en el cielo, que has prometido a tu pueblo; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.
Puede seguir intercesiones y acciones de gracias
Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14
Oficio para el Mediodía
Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!
Salmo 126 In convertendo
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, *
éramos como los que sueñan.
Entonces nuestra boca se llenó de risa, *
y nuestra lengua de gritos de alegría.
Y decían entre las naciones: *
"Ha hecho el Señor proezas con ellos".
Proezas ha hecho el Señor con nosotros, *
y estamos sumamente alegres.
Tú, oh Señor, has cambiado nuestra suerte, *
como los torrentes del Neguev.
Los que sembraron con lágrimas, *
con gritos de alegría segarán.
Los que van llorando, llevando la semilla, *
volverán entre cantares, trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi Nombre entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos. Malaquías 1:11
Demos gracias a Dios.
Demos gracias a Dios.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles, "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre. Amén.
Se puede ofrecer intercesiones libres.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.